Evidentemente, no conoceremos bien una ciudad hasta no haber pasado allí las cuatro estaciones. Comencemos por el verano: será más fácil si no estamos acostumbrados a la nieve. Montreal en versión estival es calurosa, audaz, gourmet, luminosa. Y siempre animada, día y noche.
48 kms
Circuito a pie y transporte público. El metro es ideal tanto si hace buen tiempo como malo. Podemos también alquilar una Bixi, que son bicicletas de autoservicio.
Momentos culminantes
Regiones
Centro de la ciudad
Tenemos suerte de contar con un museo de bellas artes prestigioso y dinámico. Exposiciones de arte, cine y sala de conciertos. Y un pequeño secreto: desde una de las ventanas, una vista perfecta del mural de Leonard Cohen.
Por la tarde-noche, visitamos la Gran Noria y admiramos la iluminación del puente Jacques-Cartier. Esta atracción es un bello testimonio del 375o aniversario de Montreal, 2017. Es la mayor noria de observación de Canadá, 60 m. de altura.
Del espacio subterráneo a Espace pour la vie
Descubrimos el Montreal subterráneo (RÉSO) con la línea verde. La estación Place-des-Arts, en el Barrio de los Espectáculos, merece parada larga. Es el corazón cultural de la ciudad, donde se celebra el Festival de jazz y muchos otros.
Al este de la línea verde del metro, el parque olímpico, donde visitamos la Torre del Estadio y el Espacio de vida, con el Jardín botánico, la Biodôme, el Insectarium y el Planetarium. No tendremos suficiente con un día, ¡habrá que volver!
Paseo por el Viejo Montreal y el Viejo Puerto
¡Estar en la ciudad no significa que no nos podamos relajar! En Montreal contamos con varias playas, sobre todo en el parque Jean-Drapeau y en el a Antiguo Puerto. El summum del relax es Bota Bota, un spa flotante único en el mundo.
¿Amante de las sensaciones fuertes? Si no lo eres, siempre puedes sacarle fotos a tus amigos saltando al vacío desde una torre o deslizándose en tirolina en el Antiguo Montreal. ¡Con fuegos artificiales es aún más alucinante!
La Petite Italie y sus mil sabores
¿Un mercado público, atracción turística? Sí, este mercado vale la pena el desvío. Se encuentra en el barrio de la Pequeña Italia. Para una versión condensada de los productos del terruño de Québec, vamos a su Mercado de los Sabores.
Ya que estamos en la Pequeña Italia, aprovechamos para meter las manos en la masa y seguimos un curso de cocina. Por ejemplo, hacemos pizzas y pastas en Mezza Luna, una escuela de cocina regentada por Elena Faita y su hijo Stefano.
El Village diverso y las exclusas del Viejo Puerto
Paseamos en la Village, en la calle Sainte-Catherine, peatonal en el verano entre las estaciones Berri-UQÀM y Papineau. Un barrio animado y colorido.
Volvemos al Antiguo Montreal para pasear y comer en la terraza del Mercado de las Esclusas del Antiguo Puerto, con productos locales. Podemos asimismo aprovisionarnos en su mercado de agricultores, o tomar una copa en el bar tranquilamente.
Montreal, ciudad de luces: espectáculos y recorridos
Nos paseamos por las calles históricas del Antiguo Montreal hasta la Basílica de Notre-Dame. Es una de nuestras joyas arquitectónicas, con su nave en azul y dorado. La luminosidad alcanza su punto álgido con el espectáculo multimedia AURA.
En la noche, se animan varios edificios… ¡y árboles! Son las imágenes proyectadas de Cité Mémoire. Este circuito de 25 tableros históricos es el más grande del mundo. El Barrio de los Espectáculos tiene también un recorrido iluminado.
