Bueno, esta reserva mundial nos la inventamos nosotros. Sin embargo, estamos convencidos de que aquí podrás disfrutar de muchísimos momentos hermosos entre nuestras islas, faros, parques nacionales, mamíferos marinos, atardeceres, ciclovías, productos de nuestro terruño... Nos sentimos muy orgullosos de poder ofrecerte una excelente estancia entre nosotros.
Cómo llegar
Distancias de las ciudades principales
¿Sabías que?
A descubrir absolutamente
Las islas se extienden en el St. Lawrence, un parque con vista al río y el otro a un lago, para descubrimientos ricos en naturaleza e historia.
Las islas del Bas-Saint-Laurent
Todas ellas tienen nombres encantadores que le harán sonreír: Isla Verde, Isla de los Vascos, el archipiélago de las Islas del Tarro de Aguardiente, Isla de las Liebres... Este “compendio” de islas se extiende a lo largo del San Lorenzo. Varias de ellas pueden visitarse en verano, desde Rivière-du-Loup, Rimouski o L’Isle Verte. Puedes partir a la aventura en barco, si es posible en una visita guiada, para apreciar mejor la historia de estas islas y observar las aves, ballenas, focas, belugas, delfines...
Estas especies gozan de un cuidado especial gracias a la Reserva Nacional de la Fauna de las islas Îles-de-l'Estuaire, que protege esta naturaleza excepcional entre Kamouraska y Rimouski. Senderismo, lugares para acampar, un dodo en un faro, observación de la fauna voladora, renovación personal... en otras palabras, la serenidad y el cambio de ambiente están garantizados.
El faro de la Isla Verte, que data de 1809, fue el primer faro erigido en el río San Lorenzo.
Parque Nacional du Bic
Cuenta la leyenda que un ángel sacudió sus bolsillos sobre el río y así fueron creadas las montañas e islas del Bic. Ubicado en el estuario del San Lorenzo, el Parque Nacional del Bic está formado de bahías, cabos, ensenadas, islas y montañas sobre un área de 33 kilómetros cuadrados. Curiosamente, antes de entrar al parque, uno no se imagina que contiene tantos paisajes hermosos. Una vez dentro, cuanto más avanzamos hacia el río, más va surgiendo la magia.
Al descubrir este parque, dan ganas de ir enviando postales: atardeceres entre los más bellos del mundo, muchas especies de aves marinas en vuelo o en sus nidos, flores raras en las rocas, focas tomando el sol, ciervos de Virginia o zorros al acecho... Además, es una magnífica área de recreación para acampar, hacer kayak y caminar.
El emblema del parque es la foca común, que a menudo se puede ver en la playa.
Parque Nacional Lac-Témiscouata
Alrededor del lago Témiscouata, una de las masas de agua más imponentes al sur del río San Lorenzo, se encuentra el Parque Nacional del Lago Témiscouata, que cubre una superficie de 175 kilómetros cuadrados. ¡Es inmenso! Y además es testigo de la presencia humana desde hace 10.000 años, de los Wolastoqiyik (tribu Maliseet), un pueblo de cazadores y talladores de piedra, hasta los turistas del siglo XXI. Estamos empezando apenas a descubrir la historia de nuestro territorio y es por ello que tenemos arqueólogos en el lugar actualmente. ¿Será que vayamos a inspirar su vocación de científico? Porque el público está invitado a participar en las excavaciones.
¡Imagina a tus hijos descubriendo una punta de flecha amerindia! También se ofrecen viajes en canoa y una gran variedad de actividades al aire libre. Amantes del senderismo, pónganse sus botas, ya que tenemos ¡más de 35 kilómetros de senderos!
Enfocado en las familias, el sendero de los Curieux de nature (Curiosos por naturaleza) cuenta con seis estaciones para descubrir.
