Bien aferrados a nuestra silla, olemos el musgo fresco, nos divertimos en las montañas o deambulamos suavemente entre la hierba alta de nuestras llanuras. Te sentirás libre mientras galopas a orillas del río San Lorenzo o en las playas de las Îles-de-la-Madeleine. La equitación promueve una conexión real entre la persona, la naturaleza y el caballo.